La suerte tan esquiva que hemos tenido, sobre todo en los finales de algunos partidos, se nos puso de cara en un partido que no merecimos ganar pero que nos llevamos los tres puntos.
Después de dos victorias consecutivas esperábamos que nuestro equipo estuviera más convencido de su juego, que fuese a mandar en los partidos y fuese a por la victoria desde el primer minuto.
Nada más lejos de la realidad. El Córdoba se dió cuenta enseguida de nuestra debilidad y empezó a hacerse con el partido, gozando incluso de oportunidades de gol que desbarató Leo Franco.
Del primer tiempo sólo salvar el golazo de Diego Rico en magistral zurdazo en un libre indirecto. A los pocos minutos del gol Roger estuvo a punto de sentenciar pero el balón se fué fuera por poco.
El segundo tiempo más de los mismo. Dominio del equipo andaluz y cada vez más nervios en nuestros jugadores a pesar de ir por delante en el marcador.
Y tanta insistencia se vio reflejada en el goz andaluz en el minuto 78. Falta ejecutada al primer palo de nuestro portería, fatálmente defendida tanto por Franco como por la defensa y empate en el marcador. La Romareda fue un clamor en contra de los jugadores, que se contagiaron de los nervios y de la autopresión y no daban una a derechas.
Cuando el partido iba encaminado al empate, un centro lamentable de Víctor R. ( quién te ha visto y quién te ve ) es despejado todavía peor por la defensa del Córdoba que deja el balón muerto en el área y José Mari, con algo de fortuna, logra el 2-1 definitivo.
Sin paños calientes, no merecimos ganar ni de lejos. Somos un equipo triste en el campo, que no sabemos qué hacer en muchos momentos del partido y que sólo la fortuna nos mantiene vivos.
Somos el reflejo del entrenador que tenemos, tristes y aburridos. O nos ponemos las pilas, o echamos de una vez a Paco Herrera o no hay nada que hacer.
Mención aparte merecen los hechos ocurridos en el primer tiempo. El fondo norte, refugio de "ultras" y escondite de maleantes no es quién para ajusticiar a ningún jugador. Leo Franco, como capitán del equipo, salió en defensa de sus compañeros y estos tipos no son quienes para juzgarlo y condenarlo. O remamos todos a una o esto va en dirección de la desaparción.
El equipo no da nada, pero ahora es cuando la grada tiene que tirar. Venir a la Romareda es un chollo, tanto por nuestros jugadores como por la presión ambiental y en eso tenemos la culpa los que subimos al campo.
El que venga al campo, a tirar del equipo, y el que no quiera mejor que se quede en su casa.
AUPA NUESTRO REAL ZARAGOZA !!!!!
Carlos Gómez