Menos de 6000 personas han visto ganar después de mucho tiempo en Copa y como local al Real Zaragoza. El partido no ha sido para tirar cohetes, pero nos deja el regusto de la victoria que sin encajar gol alguno, siempre es un buen resultado.
El partido en la primera mitad fue un querer y no poder por ambos conjuntos, donde el cuadro maño fue el que más expuso y quiso jugar a este deporte llamado fútbol. La ocasión más clara si se puede decir así, fue un disparo con intención de Víctor Rodríguez a pase de Romaric, que el meta del Granada paró no sin dificultad. Se pidió una posible mano en el área andaluza que el árbitro no estimó oportuno pitar al ser involuntaria.
El segundo tiempo fue un poco mejor, pero sin llegar a ofrecer un espectáculo sublime. Los dos equipos lo intentaron, como en la primera parte más el cuadro maño. Romaric mostró destellos y en uno de estos le puso un balón franco a Carlos Aranda que este parando con el pecho, enganchó una bolea que entró por toda la escuadra de Roberto, significando el 1-0 que a la postre sería el resultado definitivo. Resultado no es malo, por tener la portería a cero, pero que habrá que ir al estadio de Los Cármenes con toda la intención del mundo para hacerlo bueno.
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